
El ejercicio consistía en que los chicos acertaran el gentilicio de los habitantes de países que ella enumeraba.
—¿Cómo se llaman los que nacen en Argentina? —preguntaba la simpática muchacha.
—Argentinos —contestaban a coro.
—¿Y en Estados Unidos?
—Imperialistas, señorita.
Cuando terminó la clase, mi amigo se acercó a Juana para saludarla. Y, de paso, comentarle el episodio del niño que respondió sobre Estados Unidos.
—¿Sabe qué pasa, chico? —lo interpeló ella con su tono caribeño—. Aquí los niños no son ningunos tontos.
Lejos de acertar en el retruque, mi amigo disparó:
—Raro, son pícaros a pesar de que no juegan al fútbol.
—Es cierto, aquí casi no se juega al fútbol —le respondió ella.
Y siguió:
—Pero aquí vivió el fútbol.
Por último, ante el asombro de Sebastián, Juana soltó una pregunta retórica, con fina ironía:
—¿O no conoce usted a Maradona?
brillante el blog.
ResponderEliminaraguante defe, carajo
Excelente idea Marce.
ResponderEliminarUn abrazo,
Consi
Yo a esto lo publicaría en el libro "El fútbol a sol y sombra".
ResponderEliminarBesos!
Buenísima idea, excelentes textos y mejores contenidos. Celebro la iniciativa (pero igualmente recordá que nos vigilan constantemente)
ResponderEliminarSublime Flaco, para cuando el libro con la recopilación de todos los cuentos. Lo de Toto me emociono.-
ResponderEliminarEs dificil decir algo cuando nos desborda la felicidad. Una vez más, te veo demostrando todo la brillantez y maravilla de pensamiento. Increíble
ResponderEliminarMUY BUENO...
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