jueves, 23 de septiembre de 2010

El arco del triunfo


Es conmovedor lo del arquero que no delata a los defensores, después de que, desatentos, hayan dejado sin marcas al delantero que lo fusiló desde el punto penal.

Tiene valentía el arquero que les cubre las espaldas a diez compañeros sin pedir protección para su propio pecho.

Digno es aquel arquero que nunca agacha la cabeza después de recibir un gol; dignísimo, es el que, encima, levanta la vista a sabiendas de que todavía sufrirá más y más goles.

3 comentarios:

  1. Esto me hace pensar que nunca podría ser arquero.

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  2. No hay que quedarse callado siempre, considero. Pero hay que saber cuándo hablar.

    Una cosa que escuché una vez, y me quedó grabada y trato de aplicarlo, es que un buen líder o buen compañero elogia en público y reprende en privado.

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  3. Es el deber del arquero al salir al campo de juego, saber que no es casual no tener la misma remera que sus compañeros.

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