jueves, 5 de noviembre de 2009

Ser o no ser


Tenía que ser y fue. Tenía que saber y supo. Tenía que abrazarla y lo hizo. No hay dudas que tiene que ser de esos jugadores que sienten la obligación de ser genuinos, siempre. En aquella ocasión, él fue en busca de la pelota sabiendo que debía arremeter a conciencia contra ese objeto sagrado para el futbolista. El abrazo no fue otra cosa que un gesto poético. El último de los románticos quedó a solas con la pelota, de cara al aquero rival, en un rato de apariencia efímera que el tiempo convirtió en inmortal. En efecto, cuando erró el penal no le importó ser condenado a un eventual escarnio. Ante todo sentía el deber de imponerse al aplauso, al grito cerrado de gol, a las palmadas vacías sobre su espalda.
Hay momentos en que uno no puede dejar de ser sí mismo ni un poquito. Es ese poquito el que puede marcar quién es quién en un instante. Ese era uno especial, impostergable y definitorio. Quizás la vez más importante que ese hombre tuvo la obligación de ser él mismo.

Como ya dije, él tenía que ser y fue. Tenía que saber y supo. Tenía que abrazarla y lo hizo. Y para ser justo, honró la Justicia.


(Dedicado a Morten Wieghorst, el entonces capitán de la selección sub 23 de Dinamarca, que el 4 de febrero de 2003 tiró a propósito un penal afuera por considerar que su sanción había sido injusta. Ese día Irán le ganó al equipo danés 1 a 0 y lo eliminó de la Copa Carlsberg, disputada en Hong Kong).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y Palermo que una vez erró tres penales en un mismo partido... ¿lo habrá hecho a propósito? si es así, es un paladín de la justicia! ¿o no? jaja

ile dijo...

ahora bien, reflexionemos , es ilustre realmente que en un juego tan comercial como se ha estado poniendo este de la pelotita aun quede alguien,uno al menos, (y tan lejos como en Dinamarca, que de emocion deben tener cero.... ?!?!?!) que imponga sus principios ante la paliza que le deben de haber dado sus compañeritos (o no se pegan tampoco??)