martes, 5 de enero de 2010

Resistir, crear y volver a existir


El potrero es el la tierra sagrada del fútbol. En esas canchas sin líneas ni alineamientos al sistema, la pelota es libre de andar. Entre piernas machucadas, apenas disimuladas por medias bajas a falta de elásticos, ni las leyes del mercado mandan ni las camisetas transpiran dólares.
El potrero es ese lugar en el que conviven los sueños a ojos abiertos, sin que los intereses los destruyan.
Las escenas, por lo general, se desarrollan bajo la polvareda que levantan los delanteros cuando atacan, mientras los defensores ofician de escudo de protección del indefenso arquero. En ese teatro de operaciones, el más poderoso es el que tiene voluntad de transformar sus miserias en virtudes. Y los futbolistas más importantes no son los que más gambetas hacen, sino los que aprendieron a jugar en equipo.
Alguna vez pensé que en nombre del progreso habían arrasado con el potrero. Un ejemplo que me alcanzó de cerca se emplaza desafiante a metros del colegio al que iba. Ese campito de mil goles, peleas, abrazos, desabrazos y emociones de risas y lágrimas hoy es un local de comida chatarra. Por entonces, la alegría de ser chico y compartir jugando se borró de un plumazo: algo de cemento, un payaso triste en la puerta, pelotitas de colores en lugar de una pelota de verdad, ah… y la cajita (in)feliz para que el niño o la niña aprenden bien de chiquitos que las sensaciones agradables se pueden comprar. Como moño para este gran paquete, la marca de la M le puso luz amarilla a su letra emblema. Dicen los dueños de esa corporación, bien instruidos en marketing, que en realidad se trata de arcos dorados. ¿Y si mejor nos devuelven los arcos que nos hacían felices sin cajita?
Pero lejos de estar perdida la causa, gana entidad y sentido la frase "el fútbol siempre da revancha". En zonas periféricas de la Capital y también en algunos barrios se preparan las bases de resistencia para que el capitalismo no se fagocite por completo la esencia del juego. Y se declama: "Fútbol Popular, una herramienta para el desarrollo social, la inclusión y la promoción del respeto a la diversidad cultural, desde la educación popular, creada por chicos, grandes, militantes sociales, vecinos y organizaciones que, sin sellos, ni logos, ni fines de lucro económico, ni partidario, buscan transformar la realidad, a los pelotazos".
El proyecto ya en marcha no es otra cosa que una invitación a soñar. Donde los chicos juegan a ser chicos y donde los únicos mandatos se resuelven entre todos y todas. En esas canchitas raleadas de pasto y repletas de ilusiones hay un lema que nadie se atreve a manchar: "La única norma que se impone es la prohibición a imponer".

6 comentarios:

Anónimo dijo...

En México le llamamos llano a nuestras canchas de tierra, esas donde las piedras son los mejores testigos de la batalla. Acá se vieron destruidas por universidades privadas y tiendas de 24 horas. Paradójicamente esas universidades tienen todo tipo de canchas y ni su costosa infraestructura ha dado un buen jugador.

Elías Leonardo

El Negro dijo...

Ese ex-baldio esta en el barrio donde el mas grande dijo: "En Paternal se respira futbol" cuando aun estaba ese potrero.

marce / lechu dijo...

Si llegara el día en que matasen al potrero, entonces habría que declarar la muerte definitiva del fútbol.
Por ahora hay resistencia, que no es poco. En las canchitas sin pasto y en los corazones de los que todavía creemos que es posible soñar con tiempos mejores.

Anónimo dijo...

Que bueno que todavia haya gente dispuesta a rescatar la esencia de las cosas.

Abrazos

P.

AYE dijo...

De chiquita jugué en potreros y sentí esa libertad que lamentablemente la mayoría de las nenas no viven, porque juegan a otra cosa. Igual, que popular sea todo: que todo sea de todos!

Besos!

Anónimo dijo...

Marcelooooooooooooooooooo!!!!!
me encanto tu blogggggggggg!!!!!!!
Viva el potrero!!
un abrazo REvolucionario!!!
Potrero o muerte!!!! VENCEREMOS!!
Móni

Mónica Nielsen Paludan