miércoles, 22 de junio de 2011

Vínculo


El señor no es como otros señores, que andan mostrándose para que otros digan que lo son. Este hombre es un señor en serio, sin jactancias. Además, cuenta con la simpleza de los que ya resolvieron lo complejo; sabe bien, este señor, que nadie es más que otro. Por eso observa mucho, dice poco y en esas disquisiciones cotidianas se hace señor sin saberlo. A mí, por ejemplo, me enseñó que uno tiene grandeza cuando aprende a perder y que el éxito no es un valor. Me lo dijo casi sin decir, por lo que, intuyo por su humildad, jamás se atribuiría semejante lección.
Su escenario fetiche para la metáfora suele ser el fútbol. Es el ambiente que le sienta mejor a este verdadero señor al que vi emocionarse por las cosas más chiquitas y evidenciar su don de gente aun en las peores circunstancias de un partido.
Este señor, mi papá, fue el que me enseñó silenciosamente cómo hay que mirar la vida. Y encima, como si hiciera falta algo más, fue el que me hizo de Atlanta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito

MM

Anónimo dijo...

Vaya que entiendo ese sentir.

El Elías