jueves, 10 de noviembre de 2011

Exitista


Algunas charlas necesitan del algodón. De hacerles una pasadita por arriba para que, una vez desmaquilladas, se dejen ver tal cual son. En el neceser de palabras, están las que pueden camuflar respuestas. Sobre todo, las dichas con una tonalidad de inocencia.
Tendrá que saber la tribuna en la que se ubican los sensibles, los que se conmueven fácilmente y las abuelas con el “aaaaah” a flor de labio, que el siguiente diálogo es revelador.

—¿Papá, somos hinchas del mejor equipo del mundo?
—No.
—...
—Pero igual queremos mucho a nuestro equipo, no hace falta que sea el mejor del mundo.
—…
—Mirá, yo no soy el mejor papá del mundo, pero soy tu papá. ¿Vos me querés?
—Sí.
—Ves, no es porque sea el mejor papá del mundo, sino porque soy tu papá.
—Pero vos sos el mejor papá del mundo.
—No.
—Sí.
—No.
—Sí.
—No importa, tenés que saber que nuestro equipo no es el mejor del mundo.
—…
—Lo queremos porque es nuestro equipo.
—Ah, entendí.
—Me gusta que lo entiendas. ¿Me querés preguntar algo más?
—Sí.
—Decime.
—¿Si nuestro equipo pierde, lo puedo querer un poquito menos?

1 comentario:

Negro dijo...

Y es asi nomas