jueves, 20 de septiembre de 2012

El Chanchi no lo va a decir jamás



El Chanchi era el más curioso de todos por eso no era de extrañar que haya sido él y no otro porque los demás eran más quietitos, menos pícaros, incluso algunos que eran un poco más grandes que él, y el Chanchi algo sospechaba, como todos los que tienen inquietudes arrastran en las entrañas el bichito de la sospecha y entonces le picó, le picó y ya de tanto picarle tenía picadura endémica y salió detrás de Papá Noel sigilosamente porque tenía eso que era vivo y no levantaba sospechas, manejaba la exclusividad del rubro y salió por el costado sin que lo vieran mientras los pibitos destrozaban los papeles de los regalos y él se aguantó las ganas porque era su momento, era ese el momento, y tuvo premio cuando confirmó lo que sospechaba que la ropa no era de un héroe ni de un semidios ni nada simplemente era el disfraz de su tío que con una pierna ya desvestida del pantalón rojo lo vio venir de frente al Chanchi y no tuvo opción y el pibito que era vivo muy vivo le dijo que le diera una pelota, la pelota que venía pidiendo hacía tres años, que si no iba a salir gritando su nombre y que Papá Noel no existía y lloraba y el tío le decía que no tenía la plata para comprarle una pelota pero que igual no dijera nada porque si él no decía nada tenía un secreto y los que saben guardar un secreto son ricos porque tienen un espíritu noble y pueden tener lo que quieran, también una pelota, y el Chanchi pensó cómo sería eso y se pensó callado y se le encendió la sonrisa y picado por el bichito quiso saber más y le pidió al tío otros secretos, más secretos, con la promesa de que jamás los contaría y fue que al tío se le ocurrió decirle que los buenos jugadores, los jugadores de verdad, no necesitan una pelota para jugar, que los que necesitan una pelota para jugar son los pobres de imaginación y que él en cambio era rico porque tenía secretos y tanto lo entendió el Chanchi que alguien unos meses después le regaló una pelota y él se la regaló a otros chicos que no sabían lo que él sabía que así callado, secretamente callado era mágicamente rico muy rico y eso a su edad era poder soñar los goles más lindos.

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