martes, 13 de octubre de 2009

Aprendizaje


El mudo no le gritó; el sordo no lo escucho y se la jugó solo; y el ciego no lo vio para pedírsela. Así jugaban los que no ganaban nunca. La secuencia primera de este relato no es otra cosa que la historia repetida de un equipo que estaba empecinado en no serlo. El cambio se dio por una decisión conjunta, que transformó esa realidad que no les permitía ser ellos mismos. El acuerdo fue tácito. De pronto el sordo no escuchaba pero aprendió a oír. Lo mismo que el ciego, que seguía sin ver pero entendió cómo mirar el partido. Y quizás por contagio sucedió algo similar con el mudo, que a pesar de que no recuperó el habla logró pedir la pelota. Improvisaron señas, gestos, voces, nuevos códigos. O ganas, muchas ganas. No se sabe bien qué de todo eso fue causa y efecto, pero empezó a haber pases (comunicación) entre los que antes jamás se habían entendido. La primera vez fue raro verle una sonrisa al ciego, cuando advirtió que un remate de un compañero suyo se metía despacio al ladito de un palo, mientras el arquero estaba inclinado en el otro. ¿Le habrá causado gracia el rebote afortunado o darse cuenta de que era gol, sin que tuvieran que avisarle? El mudo lo gritó sin emitir sonido, pero la gente lo miró, aturdida, por semejante festejo. Y el sordo, que no escuchó lo mismo que oyó la tribuna, salió corriendo, conmovido, para abrazarlos. Empecinados en jugar juntos, ese equipo no ganó ningún partido. Nunca. Pero desde que entendieron cómo entenderse, prefirieron no separarse. Porque cuando juegan se emocionan, comparten y disfrutan. Que por fin el ciego ve, que el sordo escucha y que el mudo, sin hablar, les grita a los rivales que ellos son invencibles.

6 comentarios:

Nicolás dijo...

No fue el caso de ayer, donde en tu equipo, Marcelito, no hubo comunicación. Se entendieron bien en el primer partido (que ganaron bien), pero en la revancha y el bueno, fueron tres hombres perdidos y dominados en cada sector de la cancha.

marce / lechu dijo...

Incluso está claro quién era el ciego de ese equipo!

nico, abrazo de gol (de chilena, en el fútbol tenis)

Anónimo dijo...

Amigo,
Excelente texto.
Una nueva perla que con su consentimiento será distribuida entre ese grupo rustico de amigos o de amigos rusticos, denominado Los Dogos.
Abrazo de gol, aunque no te vea, no me veas y Atlanta no haga goles.
EL PP

Anónimo dijo...

Che, quién es el sordo??? Porque al ciego y al mudo los conozco. Un abrazo complicado.

Anónimo dijo...

Como siepmre,lo suyo impecable.

Un abrazo

germán dijo...

Muy muy bueno marce. te felicito.