jueves, 28 de mayo de 2009

El precio de la fama


Esto podría ser escrito dentro de 30 años. Y más también:

Hubo una vez un jugador de fútbol bueno, buenísimo. Tal vez el mejor que se haya visto. Después de Maradona, claro.
Ese buen jugador, buenísimo, no sólo era talentoso, gambeteador y efectivo. También ganó todo lo que pueda ganar un futbolista. Y hasta en la final de la Champions League de 2009 marcó un gol, el segundo de Barcelona ante Manchester. Pero a la hora de festejar su conquista, ese jugador bueno, buenísmo, absolutamente genial, se besó su botín... Adidas. Fue una noche en la que decidió, ante los ojos del mundo, sepultar su espontaneidad y convertir el festejo en una publicidad. Qué lástima.

6 comentarios:

Leandro dijo...

Jajaja que cachetazo. Coincido.

ruso dijo...

si el gol lo hizo de cabeza, ¿por qué se habrá besado el botín?

Sonia dijo...

Un amigo me contó que el precursor fue Maradona, yendo a un rincón a festejar para que se televise la publicidad que quedaba de fondo;en ese lado.
¿Me confirma esa información?

Matias dijo...

Nada raro, yo hace tiempo le puse a messi el jugador del neoliberalismo y cada dia que pasa le queda mejor ese apodo, pareciera ser que hace todo solo,y es beneficiario/victima de este sistema que cuando sus piernas no sean tan rapidas lo desechara como hace con todos estos idolos efimeros...en un mundo en el que todo es efimero.

Matias dijo...

Nada raro, yo hace tiempo le puse a messi el jugador del neoliberalismo y cada dia que pasa le queda mejor ese apodo, pareciera ser que hace todo solo,y es beneficiario/victima de este sistema que cuando sus piernas no sean tan rapidas lo desechara como hace con todos estos idolos efimeros...en un mundo en el que todo es efimero.

Matias dijo...

Nada raro, yo hace tiempo le puse a messi el jugador del neoliberalismo y cada dia que pasa le queda mejor ese apodo, pareciera ser que hace todo solo,y es beneficiario/victima de este sistema que cuando sus piernas no sean tan rapidas lo desechara como hace con todos estos idolos efimeros...en un mundo en el que todo es efimero.