jueves, 20 de agosto de 2009

Sueños II


Hola Dios, ¿cómo estás? Ya sé que hace mucho que no rezo, no me digas nada. Igual no es por nada, pero vos también hace bastante que no me ayudás. No importa. No estoy rezando para reprocharte nada. Necesito tu ayuda, Dios. Más bien necesito hacerte un pedido. Yo no sé, pero desde hace un tiempo que sueño con tener una pelota de fútbol y nadie me regala una. Ni siquiera pido una que sea original, como la que usan los jugadores. Yo quiero una pelota, una pelota cualquiera. Aunque, sin querer meterme en tus cosas, me parece que vos podrías conseguir la mejor pelota que exista. Porque plata no te debe faltar. Y en el caso de que no tuvieras, siendo Dios nadie te va a negar una pelota. Pero no importa. Yo Dios me conformo con una pelota, la que vos quieras. Igual, por cómo me estoy portando, no creo que sea una toda rotosa. No digo que vaya a merecerme una profesional, pero al menos una bien redondita, que tenga gajos, como la de mi primo Leonardo. Ahí tenés, Dios. Mi primo tiene una pelota nuevita, y sin embargo bastante mal se porta en el colegio. Yo no te pido mucho. Te pido una pelota como tiene cualquier chico de mi edad.
Ya sé que debés estar ocupado con tanta gente que vive en el mundo. No te digo que la quiero para mañana. Bah, en realidad cuanto antes puedas conseguírmela mejor. Pero vos tranquilo, yo espero. Apuro tengo, no te voy a decir que no. Pero todavía puedo aguantar un poco más.
El otro día veía en la tele a los jugadores y más ganas me daban de tener una pelota. Yo te juro Dios que si me la conseguís no te pido nada más por un tiempo largo.
Mi papá me dice que no, que para qué. Pero él no entiende, sabés Dios. Yo dormiría todas las noches con la pelota, la abrazaría y seguro que mis sueños serían todos de fútbol. Es como cuando los chicos más grandes ven una película de terror. Después sueñan cosas de miedo. Con la pelota lo mismo. Pero mi papá no la entiende, me dice que no es así. Me dice que hay otros juguetes más lindos que una pelota. ¿Qué juguete puede haber más lindo que una pelota, Dios? Por eso te tengo que molestar a vos. Yo primero le pedí a mi papá, pero él me trajo un robot y me dijo que era mucho mejor, que me iba a gustar más que una pelota. Hasta habla el robot, sabés Dios. Bah, seguro que sabés, si vos sabés todo. Aunque lo de mi papá no sé si lo sabías. Y si lo sabías, no entiendo por qué no le hacés cambiar de idea.
¿Qué le costaba una pelota, Dios? Pero bueno, ahora te la pido a vos, que no te conozco, pero seguro sos más bueno que mi papá y me la conseguís. O al menos sos más comprensivo. Porque mi papá malo no es, pero hay veces que no quiere escuchar lo que yo le digo.
Y encima mi mamá le hace caso. Me dice “no te enojés amorcito, tu padre sabe lo que hace”. Pero no Dios, mi papá no sabe lo que hace, si no me haría caso y me regalaría una pelota.
Te pido eso, sabés Dios. Conseguime una pelota, te lo pido por favor. Ya estoy llorando, ves Dios. Así me pongo cuando le pido una pelota a mi papá y él, en vez de traerme una, me acaricia la cabeza y me dice “vos sos un chico inteligente”.
Bueno Dios, por hoy no te molesto más. Solamente te pido una pelota, acordate, ¿sí?
Ah, una última cosa. Si podés Dios, también necesito dos piernas ortopédicas. Una zurda y otra derecha, claro. No vaya a ser cosa que me consigas dos del mismo lado. Aunque pensándolo bien, con una me alcanzaría. Después, para apoyarme, usaría una muleta. Pero una pierna Dios, te pido al menos una pierna. ¡No sabés las ganas que tengo de hacer un gol!

6 comentarios:

Beto dijo...

Impresionante lechu
muy bueno,te felicito

El Negro dijo...

ESPECTACULAR, MUY BUENO !!!

Anónimo dijo...

uf, me hiciste llorar

AYE dijo...

Pobre, con la cantidad de hombres que hay jugando al fútbol sin saber usar sus piernas...

ile dijo...

porque el final triston???

marce / lechu dijo...

ile, no siempre la vida es un carnaval. La vida te da y te quita, pero la vida sigue.