sábado, 4 de julio de 2009

El mundo a sus pies


Las trencitas de la nena eran una ternura. Y la mugre en las manos del nene, también. Los dos hermanitos (ella seis años; él, cinco) estaban con su abuela, en una librería.
Enfocada en darle un gusto a su nieta, la señora de rulos canosos abrió el diálogo con el hombre de rulos negros que atendía el negocio.

—Dígame, ¿cuánto cuesta ese globo terráqueo?

—Ese, 55 pesos.

—Ah, no. ¿Y aquel otro, el más chiquito?

—Este, 25 pesos.

—Sí, entonces déme ese.

Pero la escena se interrumpió abruptamente con el llanto de la nena.
El hombre de rulos sacó de pronto las manos del mapamundi, como si advirtiera que ahí adentro hubiese una bomba.
La abuela, sorprendida, se acercó a su nieta y le preguntó:

—¿Qué te pasa?

—No quiero ese chiquito. Yo quiero el grande, que tiene más países— soltó sin abandonar las lágrimas.

Inútiles fueron las explicaciones de la abuela sobre la conformación geográfica de la Tierra. A ella, a la de trencitas, le bastaba su propia concepción. Finalmente la señora de rulos canosos cedió ante el doble puchero, porque él, el chiquito de los sueños intactos, había hecho causa común con su hermana.
Tanta empatía de parte de él se entendió con el tiempo, a medida que aquel globo terráqueo sumaba abolladuras.
Resultó que para el de las manitos sucias eso "redondo" era una gran pelota de fútbol. Por eso, cada vez que podía la sacaba de la repisa y se iba al patio del fondo. Ahí, donde él era un gran goleador, que no se cansaba de convertir entre dos macetas, que para él eran un arco.

Era muy feliz el de las manos sucias, que estaba convencido de que esos goles se veían en todas partes del planeta. Igualito a lo que pasa en un Mundial.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

es muy tierno!!! deberías tambien escribir cuentitos infantiles

besitos

vero

Anónimo dijo...

Me emocioné. Marce gracias por regalarnos estas historias que hacen bien al alma. No dejes nunca de tener esa sensibilidad. Es una cualidad maravillosa.

Germán dijo...

muy bueno marcelito, te felicito.