jueves, 23 de septiembre de 2010

El arco del triunfo


Es conmovedor lo del arquero que no delata a los defensores, después de que, desatentos, hayan dejado sin marcas al delantero que lo fusiló desde el punto penal.

Tiene valentía el arquero que les cubre las espaldas a diez compañeros sin pedir protección para su propio pecho.

Digno es aquel arquero que nunca agacha la cabeza después de recibir un gol; dignísimo, es el que, encima, levanta la vista a sabiendas de que todavía sufrirá más y más goles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me hace pensar que nunca podría ser arquero.

Nicolás dijo...

No hay que quedarse callado siempre, considero. Pero hay que saber cuándo hablar.

Una cosa que escuché una vez, y me quedó grabada y trato de aplicarlo, es que un buen líder o buen compañero elogia en público y reprende en privado.

Janavivi dijo...

Es el deber del arquero al salir al campo de juego, saber que no es casual no tener la misma remera que sus compañeros.