domingo, 11 de julio de 2010

El gol soñado


Una vez pensé que pensaba mucho. Muchas veces soñé que soñaba. Y otras, pensé que soñaba mucho. Lo que no me pasó fue soñar que pensaba. Pensar se piensa consciente. En cambio soñar es tan infinito que da lo mismo si uno está despierto o dormido.
Un amigo de un amigo, que no es mi amigo, pero que bien podría ser mi amigo, me contó que un día, no recuerda si de noche o de tarde, soñó con su papá, que se murió cuando él tenía dos años.
Le soñó la cara, los gestos, los latidos del corazón, la vena hinchada en la garganta, la voz ancha, estentórea.
Me lo contaba y se emocionaba al tiempo de las palabras. Y me reveló que fue un gran pretexto haber soñado con hacer un gol.
Entonces pensé que él había pensado que yo había pensado que era un sueño de los que se sueñan dormido.
Por eso le pregunté qué hizo después. Y me sonrió:
—Lo que hace cualquiera en un caso así. Lo fui a buscar a mi viejo para abrazarlo y festejar juntos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

De verdad que eres un poeta, amigo. Tras cada relato confirmo lo que pienso: este blog es de lo mejor que he leído, lejos.

JOSELITO

Marianne... dijo...

creo que lejos este es el que más me ha gustado.

:)

Anónimo dijo...

Me gusta esto. Coincido en parte con Marianne. Igual también hubo otros geniales.
Besos

LM

Anónimo dijo...

Genial!!
Darío